Lynn Fainchtein y Su Chilorama

By Juan Carlos Hidalgo BacaFebruary 17, 2009AB's Top Music News

ChilloramaUna Soberbia y Vasta Compilación de Electrónica Mexicana

¿Qué tan personal puede llegar a resultar una compilación? Está claro que la labor de los antologistas no debe considerarse tabla rasa, dado que para algunos se trata de un simple trabajo, mientras que para otros forma parte de su proyecto de vida. Pero ya sabemos que a fin de cuentas, todo acto de elección en sí mismo expresa una postura; tiene voz propia al responder obligadamente a la pregunta: ¿por qué estos temas y no otros?

El disco en referencia es Chillorama (Sum Records, 2003), concebido y desarrollado por Lynn Fainchtein, un personaje que paulatinamente va dejando su huella en la promoción y difusión de la música latinoamericana de entre siglos. Revisemos brevemente la historia de esta cronista del relevo XX-XXI de nuestro tiempo.

Detras de La Consola

Esta mujer, considerada, por sí misma, una judía guadalupana, egresó de la UNAM para hacer una maestría en Psicología en Jerusalén. Su trabajo en los medios, comenzó a destacar en la mítica y desaparecida estación Rock 101 de la ciudad de México. Sus programas “Salsabadeando” y “Descelofaneando” eran ejemplos de la soltura y la informalidad inteligente. Posteriormente, concibió un ambicioso proyecto llamado Dimensión 13.80, que consistió en crear una estación de radio dedicada al bolero y la música romántica a partir de formatos renovados y actuales.

Su labor como programadora y productora, años después, la llevaron a pisar los estudios de MTV Latino durante un breve lapso, donde además fue gerente regional. Su compromiso con la promoción musical le vínculo con gente como Lou Reed. Pero su trabajo como coordinadora y supervisora musical inició propiamente en la obra A destiempo, dirigida por Antonio Serrano (Sexo, pudor y lágrimas) y el espectáculo Mariposa, del actor Tito Vasconcelos.

El impacto masivo de Lyn se ha dado principalmente dentro del cine, incursión que comenzó con Danzón, la cinta de María Novaro. Pero la consolidación definitiva de la actual supervisora musical de Altavista Films (México), se ha dado a partir de los soundtracks de Amores perros, Todo el poder y Zurdo, entre otros filmes.

Este año estableció un vínculo con SUM Records, pujante disquera independiente, para dar a luz un disco cuyo objetivo central es revisar 16 de las relevantes propuestas de la electrónica azteca.

Sintonizando La Frecuencia Azteca

La aventura comienza con Wakal, un ambicioso e inteligente proyecto de Jorge Govea, músico que dejó atrás su formación rockera para samplear las voces y sonidos más representativos de la ciudad de México. Así, vendedores ambulantes, merolicos, calles atestadas y bullicio extremo se mezclan con referentes de la música popular para dar rienda suelta a una explosión multicolor de la actualidad defeña. “Señora´s house” fusiona el comercio ambulante con finos pasajes bailables.

Mientras corre el compacto nos encontramos con líneas de bajo y alientos muy a lo Saint Germain por parte de Matorral en “Soul pro”, alternando con las derivaciones post Nortec de Terrestre y Plankton Man. El primero recurre en “13 negro” al click and cut para alinearse en el grupo de los minimalistas, mientras que Nacho Plankton es más garboso. “Nórdico Beat” se presta para el dancefloor promiscuo.

Dos de las más preciadas joyas del disco son las aportaciones de Sonido Lasser Drakar y Ruisort. Emilio (Titán) Acevedo y Adriana Lara hacen honor a su nombre y reúnen las atmósferas de los sound systems más barrio bajeros con géneros tan denostados como la cumbia. Los Lasser reviven el feeling de Mike Laure en “Cumbia del estéreo vs Modrana”. Techno sucio y kitsch que encumbra lo “naco” como obra de arte. Por su parte, el polifacético Álvaro Ruíz encarnando su personaje más lounge, versiona a los Beatles mediante “And I love her”; tema clásico entre las rondallas ahora deconstruído mediante un vasto dominio técnico. Lennon y McCartney jamás imaginaron que un futuro incierto su música fuese la pista sonora de un exótico congal tenochca.

Angel de IndependenciaReferentes Neomilenarios

Por si la relación con la cultura popular, ya de por sí evidente en el arte del disco, extraído de la investigación multimedia AB-CDF, no terminara de completarse, el regiomontano Renato del Real (Natos) hace suya la música del cubano Acerina y nos entrega “Danzón Era”, un estallido sonoro que antes habíamos escuchado en Emergente, el acoplado de nuevos valores editado por la extinta Suave Records.

Cabe hacer mención que también han sido incluidos Koggi y Club Soda; ambos miembros del colectivo Noise lab, una plataforma que lleva buen tiempo luchando por posicionar el género en el gusto de los capitalinos y cuyo trabajo sigue el rumbo de las tendencias globales; en ellos los rasgos nacionalistas son muy poco notables.

Como colofón hay que decir que se trata de un disco espléndido, redondo en concepto y calidad musical, pasa del dub minimalista del Instituto Mexicano del Sonido (“Tristeza Hawaiana”) y Sánchez Dub (“Dub Connection”) al delirio experimental de Maco Jazz, uno de los alter egos de Toy (Control Machete), representante de los sonideros underground de Monterrey, exponiendo su versatilidad en “Cumbia de las estrellas”.

Chillorama tiene una sofisticada personalidad, diversidad estilística y un compromiso estético y ético. Cualidades escasas hoy día; indispensable para comprender a dónde va la actualidad mexicana en los albores del siglo XXI.