Javier García, del 7 al “13”

By Jesus -El Pelos- OlveraFebruary 6, 2008AB's Top Music News

Javier GarciaHace siete años mucha gente estaba cantando una pegajosa canción que decía algo así como, “deja de correr ¡tranquila!” Pero, a pesar de que el tema pudo haberse considerado memorable entre el pop guapachoso e incluso tuvo su propio disco de remixes, el autor del tema se desapareció súbitamente del mapa sin dejar rastro alguno. Hasta ahora.

Con un disco al amparo de la infraestructura de Surco, co-producido por Gustavo Santaolalla y con música mucho más rica y con una propuesta madura, Javier García ha regresado de su auto-exilio para hacer lo que mejor sabe: poner a bailar al respetable. Platicamos con Javier las razones de su ausencia, de su nueva aventura musical titulada “13” y las sorpresas que guarda esta cabalística obra de amor de un musicólogo irremediable.

  

Siete años

A mí también me hubiera gustado que la pausa hubiera sido más corta, pero hubo una cantidad de elementos que influyeron y que retrasaron la cosa. Pero, lo más importante es que me recuerden todavía.

Entre cambiar de disquera, de gente, de equipo, todo eso ya es una cosa bastante complicada y consume bastante tiempo, también el meterme a aprender todo el proceso de arreglar, de producir, de trabajar en las computadoras, meterme prácticamente en mi estudio encerrado mucho tiempo intentando aprender todo el proceso de construir una canción de abajo a arriba.

He estado involucrado en todo eso, si yo fuese un cantante y otra persona compone temas, otra persona hace los arreglos y yo a lo único que tengo que venir al estudio es a poner la voz, pues hubiera tardado mucho menos. Este es un disco más artesanal, mucho más artesanal.

Descripciones

¿Mi música? Pues, de que es latina es latina. ¿Afro? Pues, tiene mucha influencia afro, pero para mi lo latino abarca Cuba, abarca España, abarca hasta Brasil. De Estados Unidos, pues está ese rock funky y todo lo de musicólogo que tengo, pues lo único étnico que se ha colado es el asunto tribal que es como una mezcla de varias cosas, una especie de “latin tribal funk” una mezcla así…

Pero, el decirlo te limita, porque cada canción tiene otras cosas y diferentes influencias que no caben en un título pero si algo es. Es “World music”, porque es el mundo y es de todas las influencias que yo he estado tratando de meter ahí.

De que si tiene una personalidad latina, pues, sí. Tiene una fuerza más latina, afrocubana quizás. Estamos tratando de romper un formato, todo el concepto era romper un formato.

Democratización de la música

Hace siete años yo estaba trabajando con un 8 track… con 8 pistas, lo que llaman “reel to reel”, eso es muy limitado ya que, además de que sólo te da 8 pistas, si quieres ya editar y empezar a hacer cosas eso involucraba el tener que sacar la cinta y cortarla. Eso ya es otro tipo de trabajo. Hoy en día, con las computadoras, puedes usar todas las pistas que quieras y antes un 8 track era 1,600 dólares, ¡un 24 track, ya ni te digo! Hoy en día, con una computadora de 300, 400 dólares y un programa de éstos, pues ya tienes para poder armar cosas con un buen sonido y buena calidad. Entonces, ha cambiado mucho. Yo creo que ha cambiado mucho el mundo de la música en ese sentido.

Esa democratización de la música me ha beneficiado, porque ¡imagínate!, es como tener una orquesta a tu disposición. Ahora ya puedo tocar el piano, aunque no soy un increíble pianista, con tal de que lo haga bien durante 4 compases y sea lo suficiente para cortar y hacer un “cut and paste”, ya ese tipo de cosas te da un facilidad para construir un dibujo con un nivel de calidad bastante bueno. No tiene que depender nada más de la técnica musical que tengas, sino es más de concepto.

San Santaolalla

Bueno, yo tenía un amigo que me hablaba de Gustavo y yo obviamente conocía de él. Me gustaba mucho y me parecía un productor casi en extinción, porque hay tantos productores que les gusta poner su sello y que le cambian al artista… es tan difícil encontrar un productor que de verdad quiere lo mejor para el producto y para el artista más que para una cosa de ego, y yo a él lo respetaba mucho como productor, como músico lo también.

Me compré su disco “Ronroco” sin saber que era él, sólo por la cubierta y después por la música, digo ¡guau!, de verdad era el único productor con quien yo quería trabajar. Cuando ya tenía un demo con muchas canciones y un concepto, ambos bastante armados, la única persona a quien se lo mandé fue a Gustavo.

Afortunadamente le encantó, ya después de un tiempo vino aquí a verme tocar en vivo y toda la onda y ya llegamos a un acuerdo de grabar, hasta que se dio poder grabar con el baterista que queríamos y los tiempos y todo. También, tuve un niño y ahí pasó un poquito más de tiempo. Luego, fui a Los Ángeles a grabar con él, fue increíble.

Javier Garcia

Licuados musicales

Depende de la canción. Algunas canciones se empiezan con la melodía y detrás de ello empieza una progresión de acordes o un ritmo. Entonces, es un tejido. Si tú ya tienes un piano haciendo una parte y un bajo haciendo otra, tienes que ponerle una batería que complemente éso y encuentras éso, después si le quieres meter unas congas tiene que ser algo que entre bien, porque si vas a hacer un tiempo que le cambie al pianista o a la batería, en vez de apoyarlo… pues, es mejor no tenerlo.

Es un proceso muy largo el de poder encontrar todos los elementos que van cabiendo. También, como lo he estado trabajando por tanto tiempo, pues lo escuchaba y pensaba, bueno por ahí abajo puede caber también un piano haciendo esto y tal, entonces como lo he tenido más tiempo, pues como que se han encontrado esos huecos.

Al no contar con una fórmula, hay que sentirlo un poquito más y prestarle un poquito más de extra atención, porque sabemos que el piano se toca de una manera a la hora de tocar un bolero, pero a veces estamos rompiendo el formato de cierta manera porque la canción muchas veces es la que va dictando lo que se permite, o lo que no se permite.

Obsesiones de un musicólogo

Hay canciones que tienen esa cosa judía-árabe. Yo llevo ya desde hace años comprando mucha música de todo el mundo. Uno de mis favoritos se llama “The Secret Museum of Mankind” y es un disco con las canciones más antiguas del año 1925, cada disco tiene una canción de India, de Ucrania, de Argentina…

Yo llevo haciendo ésto por mucho tiempo y me considero un musicólogo por mi interés por toda la música autóctona de muchos lugares, me gusta el concepto de un disco que sea como una banda sonora, porque me gustan todos estos elementos y los instrumentos diferentes.

Es algo que está pasando en el mundo y por la era de la globalización. ¿Por qué no va a mezclar una gente a la que le gusta el flamenco con hip hop, o reggae u otras cosas? ¿por qué no, si han crecido con todas esas influencias?

¡Ay España!

Yo me fui a los 13 de España, cuando estaba ahí escuchaba más música del extranjero, música americana, música inglesa. Al irme de España, empezó un poquito la añoranza que uno siente al dejar su país y la curiosidad por el flamenco. Entonces, siempre ha tenido un lugar muy especial en mi la música flamenca, especialmente. Me parece que es el fuerte de España, porque cuando hacían rock queriendo sonar americano no me cuadraba en esa época, pero después cuando empezaron a mezclar con el flamenco ahí si me gustó fuerte, grupos como Ojos de Brujo, Ketama o Manzanita, que es más como pop flamenco.

Yo me ubico y me siento relacionado más que nada con la onda de esta nueva fusión flamenca y esas escalas que ellos usan, que tiene una raíz que viene de India, de Rajastán. Lo vi en un documental, en donde explicaban que los llamaban Gypsies porque creían que eran de Egipto y en realidad venían de Rajastán, mudándose por Europa por el Norte y por África y dejando por todas partes esa manera de cantar y los microtonos y toda esa cosa que viene de allá de India. Eso es en verdad con lo que me identifico y en verdad me toca… Niña Pastori es alguien a quien escuchas cantar y a mí me paran los pelos de punta y lloro.

Vía Afro-Cuba

Me metí un poquito más en lo que es lo africano en este disco, vía Afro-Cuba porque más que nada viviendo aquí en Miami, teniendo toda esa influencia de mi padre, que es cubano y estando en un ambiente tropical, se presta un poquito a algo más alegre, que aún así tiene esas influencias, porque el mismo guaguancó cubano tiene influencias del cante jondo de España y todas esas influencias, mezclado con lo africano. Me parece una propuesta más interesante porque no es tan sufrida. El flamenco puede ser un poquito obscuro y sufrido y me gusta darle un toque que tenga un poco de azúcar.

www.javiergarcia.net