Enrique Bunbury: “El tiempo me ha separado más de Héroes”

Bunbury suma y sigue. Su séptimo disco Licenciado Cantinas es un paso más en su intensa relación con América Latina. No hay tantos músicos que puedan echar la vista atrás sin hacerse daño. Son demasiados los que se han quedado por el camino. Bunbury, ese rockero de estigma rebelde nacido a orillas del Ebro hace 44 años, tuvo serias opciones de sumarse a la lista, vapuleado por el público por tratar de sacudirse de encima su etapa con Héroes del Silencio.
Hubo un punto en que en se vio trabajando para otros, y hasta de camarero lavando platos en un bar de carretera, pero la vida terminó por reconocerle su indudable talento. Ahora, tiene pendiente una cita en Las Vegas como nominado a un Grammy latino al mejor vídeo musical de larga duración por “Licenciado Cantinas, The Movie”, un mediometraje con el aragonés de protagonista y la música de su último disco.
Los aplausos y los premios suman para que la marcha siga siendo firme. En esta carrera de fondo de la industria de la música, Bunbury se ha acostumbrado al paso.
¿Le interesan o le resbalan los premios?
Decir que te resbalan los premios o que te importan poco o nada es una pose que queda bien, pero la realidad es que a nadie nos importan un pimiento los premios. Todos queremos ser queridos y reconocidos.
¿Y qué me dice de los Latin Grammys, que en algunos círculos han sido tachados de escaso voltaje?
Son el gran premio de la música. Se pueden ver como se quiera, pero es así, y aunque en España tenemos una visión reduccionista, hay que recordar que se otorgan a todos los géneros, que tocan todos los palos de la música. Desgraciadamante en España no hay ni un premio que esté organizado de esta manera.
¿Qué le aporta el roce con el mundo latinoamericano desde el punto de vista musical?
Hay unos músicos increíbles en este continente en todos los géneros, porque aunque yo provengo del rock, mi pasión por la música va más allá. Sé que hay un apoyo importante a la música independiente por parte de la Academia, al rock alternativo de América Latina. Se están abriendo a algo más que los grandes nombres y eso es bueno.
Contaba en una entrevista reciente que lleva tiempo buscando su sitio en este negocio. ¿Lo ha encontrado ya?
Tengo mi forma de hacer las cosas y que se refleja en cómo hago mis discos, sobre todo en cuestiones de producción, composición e interpretación. Cuando se trata de mis canciones, creo que tengo un terreno establecido, reconocible.
Con “Licenciado Cantinas” ya son siete los discos en solitario. ¿Se veía tanto tiempo en solitario tras dejar “Héroes del Silencio”?
Lo veo ahora más dificil de conseguir que entonces. De joven te imaginas sacando 25 discos y teniendo un gran reconocimiento, pero con los años te das cuenta de lo difícil que es aguantar, no solo por el público sino por los problemas de la industria. De hecho, cuando me viene un chaval joven y me pide consejo me da agobio solo de pensar en sus próximos 25 años (dice entre risas).
¿Le costó mucho sacudirse de encima el yugo de “Héroes del Silencio”?
Cuando el grupo se separó, que ya hace 16 años, llevábamos una dinámica en la que la situación era bastante insostenible para todos, no solo para mí. La relación personal entre los cuatro era muy difícil, nuestra visión de la vida, muy diferente, y nuestras ambiciones en la profesión, también muy distintas. En aquel momento, cuando nos separamos pensamos que el tiempo limaría las asperezas. La realidad es que el tiempo nos ha separado todavía más a nivel humano. No digo que no pueda estar en una habitación con ellos, que no es el caso, pero tenemos formas diferentes de vivir y de ver las cosas. Eso que nos unió de adolescentes, la rabia y las ganas de hacer música, ha llegado con el tiempo a lugares imposibles de reconciliar.