La noche del millón de amigos para Roberto Carlos

By Pablo Scarpellini. Las VegasNovember 19, 2015AB's Top Music News, Music
By Pablo Scarpellini. Las Vegas | November 19, 2015

Roberto Carlos vivió emocionado el homenaje de la Academia Latina de Grabación a su carrera, antesala de los Latin Grammy de mañana

Nervioso, rodeado de un séquito imposible de enumerar, hasta asustado por el gentío. Con una corbata azul celeste, medio cantinflesca, y un traje blanco, muy blanco, como imponía la etiqueta. Visiblemente desgastado por los años -74 a sus espaldas- pero con el candor intacto, sonriendo, humilde, contestando paciente a la misma pregunta sin cesar, que qué siente maestro, que si esto es lo mejor que le ha pasado, que cómo hace para controlar las emociones.

Así se presentó Roberto Carlos ante la que consideró, pocos minutos de que diera comienzo, una de las noches más importantes de su carrera. Llegado hasta el puesto de Al Borde en la alfombra roja del Mandalay Bay de Las Vegas, se reafirmó en lo compartido con otros colegas de profesión. “Siento mucha emoción, mucha alegría, pero estoy nervioso también. Es un momento muy especial que será inolvidable en mi vida. Seguro”.

Bien es cierto que la que monta cada año la Academia Latina de la Grabación antes de los Latin Grammys es torera, un homenaje con una lista importante de pesos pesados de la industria musical, rendidos todos ante una estrella, versionando sus grandes éxitos. Con razón decía el brasileño que “cosas como estas me ponen muy nervioso”.

Fue de los últimos en abandonar una alfombra roja que, como ya es costumbre, hizo las veces de homenaje previo, una forma de sus colegas de profesión de presentar sus respetos, de alabar en lo que se han convertido los Latin Grammys, pese a las críticas, pese a los que aún los perciben como menores, como vulgares.

“La verdad es que no hay nada ni parecido en España”, apuntó Miguel Bosé, que esta vez no acudió ni como homenajeado (2013) ni como cantante. “He venido a cenar y a disfrutar”, a apoyar lo que, en su opinión, ha sido una labor fabulosa de la Academia Latina “en estos 16 años, la academia de todos”, por mucho que renieguen algunos.

Mientras Bosé cenaba, un puñado de compañeros cumplieron con la obligación de emocionar a una de los voces más representativas del Brasil de los años 60, un tipo que a base de perseverar logró vender 120 millones de discos en todo el mundo, cantando en portugués y en español, un enamorado de América Latina. El Rey, que todavía le llaman. “Hasta que no conseguía la letra precisa, no paraba”, contaba en el documental proyectado a modo de biografía el propio cantante, una pincelada de un talento único.

El desfile de voces comenzó con Romeo Santos, el bachatero, con un clásico como “Un gato en la oscuridad”, seguido por Leslie Grace y Maluna cantando “Jesús Cristo”.

Le dieron paso a las voces brasileiras, que no podían faltar, protagonizando uno de los momentos más emotivos de la gala, con dos talentos como Ana Carolina y Seu Jorge interpretando “La distancia” a dos voces. Sentido, especialmente para los brasileños presentes en la sala, un nutrido grupo de los 1.300 asistentes, un nuevo récord para esta clase de evento.

Tampoco podía dejar de estar presente la armada musical española, cada vez más numerosa en los Latin Grammy de año a año. Alejandro Sanz aceptó el reto de meterse en la piel del de Espirito Santo, y aunque el traje no le quedaba a la medida, resolvió la actuación con dignidad, entonando “Lady Laura”.

Pero no fue todo en clave hispana. Dionne Warwick le echó un capote, de setentera a setentero, a su colega, cantando, aún con voz poderosa y característica, “Falando serio”. Roberto Carlos volvió a levantarse una vez más de su silla, visiblemente emocionado.

Al final, la estrella de la noche, tuvo que cumplir con el saludo obligatorio, subido en el lugar que realmente le corresponde, sobre las tablas. De memoria y haciendo alarde de su perfecto estado mental,  recitó a todos los cantantes que se subieron al escenario al dar las gracias. “Jamás voy a olvidar este día. Esta noche”.

Después, cantó dos temas. El último, el que ha marcado su vida, ese millón de amigos para poder más fuerte poder cantar. Unos cuantos de esos le dejaron claro esta noche en Las Vegas lo mucho que ha significado para otros tantos millones. Una gala necesaria y merecida.