Con un disco bastante “bonito”, Jarabe de Palo regresa para darnos más de lo mismo, y por eso debemos estar infinitamente agradecidos. A pesar de que “Bonito”, la canción que le da título al disco, pudiera ser catalogada de excesivamente optimista, su delicada carga de ironía, el ritmo tan contagioso y la experiencia en el género guapachoso le ayudan a salirse con la suya a Pau Donés y compañía.
Pero, el disco también tiene sus tintes menos luminosos y en “Aún no me toca”, surge ese tipo de canción que igual pudo haber sido compuesta por Radio Futura, pero que se ve enriquecida con un sabor atorado entre un ritmo ska y un bolero. “; Ying Yang” se parece mucho a “Bonito”, pero con un acordeón que lo mismo suena a mediterráneo que a zydeco. Unas filosas líneas de una guitarra “rocanblusera” se cuelan en “De que Estar Enamorado”, con un ritmo super básico, que se compensa gracias al poder de las estrofas, sencillas pero poderosas, de Donés, que rescata los juegos de palabras de la canción tradicional. “Cambia la piel” sí es más africana, y entre disonancias y armonías caribeñas, la rumba deja de lado su sabor flamenco y cierra el ciclo de regreso al caribe convirtiéndose en una rumba asesina. En “Corazón” invita a Elena Andújar (con quien ya había hecho una canción de Peret), para contarnos la historia de los des-encuentros de un corazón que nunca consigue lo que busca. No hay revelaciones, ni iluminaciones pero eso si mucho calor humano.
“Tijuana”, que parece un huapango, pero es difícil de calificar. En “Bailar” nos atrapa en una atmósfera ultra-pop y mientras regresa el optimismo, nos dejamos llevar por esta balada rítmica, tan infantil que hasta hace sentirnos culpables de sentir… bonito. Lo encuentras en todos lados.
Te gustará: Si te marcaron los anteriores discos de Jarabe o eres fan de la fusión indiscriminada.
