Hace casi un año que se anunció la salida de este disco, que después de haber sido terminado fue guardado en la más absoluta obscuridad por unos meses más, mientras se afinaban los detalles de su lanzamiento. Es el segundo material de una banda local editado por Oso Records (el primero fue Desvío, pero ésa es otra historia) y este disco es una de las propuestas más interesantes de la movida “indie-latina-angelina”, donde Enjambre ha ido relevando a Pastilla, aunque con una propuesta totalmente diferente… menos britpopera.
En “Consuelo en domingo”, los hermanos Navejas (Luis en la voz principal y guitarra, Rafael en el bajo y los coros) han trabajado la parte vocal de manera impecable y, afortunadamente, le jalaron las orejas a Luis para que los gritos se mantengan en el mínimo, lo cual ha terminado haciendo lucir mejor a la obra en general -aunque “Mujer en la caja” es posiblemente el tema que resulta más incomodo para quien escucha la voz de Luis por primera vez-.
Las canciones están a veces cargadas de metáforas interminables, a veces de ácidos comentarios y mordaces críticas que comienzan desde el primer tema (“Extraviados”), en donde se nos muestra esa fascinación por el obscuro ambiente circense, que volvemos a encontrar en el vals macabro titulado “El beso del payaso” (que podría ser el soundtrack perfecto de la película de “El Guasón”). “Grave Edad” es una de las agradables sorpresas que acompañan al disco y que parece ser uno de los últimos pasos de la evolución de la banda, mientras que “Gente de juguete” es reposo perfecto con sabor “indie” para los amantes de Rooney. En “Ojos tristes” quien más se luce es su baterista Nico, pues roba cámara con una participación impecable, aunque es sin duda la guitarra de Osamu (una mezcla entre los “licks” de Cuomo y el sonido sintetizado de su guitarra midi) la que le aporta los colores que alejan a Enjambre del raudal de propuestas monocromáticas de su género. Lo encuentras en todos lados.
Te gustará: Si eres fan de Jumbo, Pastilla, La Gusana Ciega, Zurdok, etc.