Este disco reafirma que para siempre han quedado atrás las canciones bailables y el tecno rítmico en el que siempre reincidiera junto a Nacho y José María Cano, así lo demuestran temas como “Con Solo Un Beso”, “Libélula” y hasta “Hoy igual Que Ayer”, en la que comparte las voces con Saúl Hernández, el jaguar mayor, que se muestra mansito y se adapta al ritmo lento y la atmósfera lánguida de la canción.
“Veinte Mariposas” es un poco más rítmica, pero no enamora como “Frágil” que sí tiene esa aguda pasión que nace en la voz de Ana. Aunque el disco en general tiene bastantes elementos electrónicos, suena bastante orgánico… para fortuna de todos. “Quien dice”, a pesar de que tiene un coro super pop, cuenta con una instrumentación tan sofisticada, que será difícil escucharla en KLVE o alguna otra estación promotora de baladas mediocres. Las letras no desmerecen en lo absoluto, con títulos como “El Arte De Llorar” y “Letras De Sal”, está claro que Ana prefi ere caminar por el sendero de los retos menos fáciles. Aunque no hubiera estado mal que la versión de “Wish You Were Here” fuera en español, como el resto del disco. Se le perdona por darle un giro adorable a la canción de Roger Waters que inmortalizara Pink Floyd, y que nos prepara para paladear la versión acústica de “Con Un Beso”. Lo encuentras en todos lados.
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Te gustará: Si eres fan de Mecano o te gusta Miguel Bosé, Tori Amos, Cocteau Twins, Cranberries, o los desaparecidos Cristianes.
