Rafa Sardina, una silenciosa leyenda española en Hollywood

By November 16, 2016Bios
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By | November 16, 2016

Este productor bilbaíno desconocido para las masas y nominado a cinco Grammy Latinos ha trabajado con Rolling Stones, Madonna, Lady Gaga y Stevie Wonder.

Ha trabajado con Stevie Wonder y Lady Gaga. Michael Jackson le quiso contratar en exclusiva para que produjera sus discos y a Luis Miguel, la sensación de la canción romántica mexicana, le produjo diez álbumes en total, cinco a Alejandro Sanz. Y así una lista perpétua en la que también están The Rolling Stones, Dr. Dre, Celine Dion, Mariah Carey, Shakira, Calle 13 o Juanes. Aún así, a Rafa Sardina no lo conocen las masas, un productor bilbaíno que se fue a Estados Unidos a los 16 años “por amor a la música” y que hoy es una leyenda silenciosa de lo suyo.

El jueves en Las Vegas añadió otras cinco nominaciones al Grammy —Latino en este caso— a su potente colección.

En total, Sardina tiene 12 gramófonos dorados entre los premios anglosajones y su versión latina, que cada año celebra su ceremonia en la ciudad del pecado. Esta vez, la Academia lo nominó como productor del año por su trabajo con Estopa (“por Rumba a lo desconocido”), por “L.H.O.N.” de Illya Kuryaki & The Valderramas así como por “Iguales” y “Buena Vida”, ambos trabajos del argentino Diego Torres.

Es una prueba más de la versatilidad del creativo vasco, que tuvo claro desde el principio cúal era su lugar en el mundo. “Identifiqué muy rápido que este era el mercado, los artistas con los que realmente quería trabajar”, dice Sardina entre huevos y café en un ‘dinner’ del oeste de Los Angeles. “Me metí a trabajar en esto desde muy temprano, haciendo un poco de todo, aprendiendo de forma autodidacta”.

Aunque lleva más de media vida en esto, no se atreve con una definición de diccionario de su oficio. “Es una profesión que vas aprendiendo sobre la marcha porque no hay una descripción exacta del trabajo. De hecho, con cada disco se rompe el molde, cambian las reglas. Lo cierto es hay que ser un poco el psicólogo del artista y a veces hasta su psiquiatra. Las inseguridades siempre están presentes no importan quién sera el músico”.

A Jackson se las detectó de inmediato, un hombre obsesivo con su música. “Era una máquina de trabajar, un perfeccionista que ansiaba divertirse en todo momento en el estudio”, recuerda. “Con él tuve una gran relación, incluso me ofreció trabajar exclusivamente para él, pero no lo consideré un buen movimiento en ese momento porque ya trabajaba con mucha gente y quería tener una carrera”.

El rechazo a la oferta no impidió que compartiera muchos momentos con el ‘rey del pop’. “Fuera del estudio era un hombre súper generoso, gentil y muy gracioso. También se notaba mucho su forma de protegerse contra la críticas, contra el mundo. Como muchos de estos músicos, sus inseguridades era notorias”.

Con Madonna la experiencia fue “increíble” y a Stevie Wonder le hizo “Time to love”, leyendas con las que tuvo la suerte de trabajar por “estar en el lugar adecuado en el momento adecuado”. No presume, sin embargo, de llevar una vida de altos vuelos ni de pasársela de casa en casa de ricos y famosos, aunque le haya tocado asumir todo tipo de roles con algunos de ellos. “Además de ser su productor, he tenido que hacer de confidente e incluso de recadero. Hay gente que te llama a preguntar las cosas más inverosímiles y que te pide que les des consejo de dónde comprar una cosa o la otra”.

En cuanto a España, admite que no ha hecho carrera per sé aunque en su lista haya muchos compatriotas. Los hay ilustres como Paco de Lucía o Plácido Domingo. “Es curioso porque en España me conocen por mis trabajos americanos, no por los latinos”, un mercado en el que también es ampliamente conocido.

Por eso Sardina, de 48 años, admite que su gran mérito, más allá de algún disco en particular, es haber tocado todos los palos. “He pasado de Michael Jackson a Calle 13, de urbano latino a haber trabajado en la música de varias películas, como “The Rum Diaries”, de Johnny Depp. He hecho un poco de todo”.

Sardina, que estudió cuatro años de medicina antes de dejarlo por la música, trabajó durante años en los legendarios Ocean Way Studios y en Record One Studios de Los Angeles antes de poderse permitir su propio local. En 2001 nació Fishbone Music Productions, un espacio que considera “flexible y seguro para los artistas para trabajar sin tener que estarse preocupando por el reloj”. Y todo eso sin hacer mucho ruido.