Las aguas del río sagrado de la India, el Ganges, fueron las encargadas de llevarse las cenizas del Beatle “tranquilo”, George Harrison, el místico de la banda de Liverpool, quien murió hace cinco años de un tumor cerebral en Los Angeles.
Hare, Hare…
Tras una vida de fama, Harrison, fiel seguidor de los Hare Krishna, dispuso antes de morir que sus restos se esparcieran por el río sagrado de los hindúes.
Conocido como “el tercer Beatle”, detrás de John Lennon y Paul McCartney y antes del baterista Ringo Starr, fue quien introdujo la música india y la influencia oriental en el famoso cuarteto.
Es que Harrison fue el más espiritual e introvertido de los Beatles y, a diferencia de sus compañeros de grupo, era al que menos gracia le hacía ser foco de atención. Fue el Beatle tímido y discreto a la sombra de dos grandes egos: John Lennon y Paul McCartney.
Durante los años cuando la banda estuvo unida, Harrison no destacó como compositor excepto en los últimos años con canciones como “Here comes the sun”, “While my guitar gently weeps” y “Something”, calificada por Frank Sinatra como “la mejor canción de amor jamás escrita”.
Aquél Quarrymen
Hijo de un conductor de autobús, Harrison nació el 25 de febrero de 1943 en Liverpool. Acudió a la misma escuela primaria que John Lennon, la Dovedale Infants, y estudió en el Liverpool Institute, donde conoció a Paul McCartney.
Como muchos adolescentes de la época, pronto sintió la llamada del rock y a los catorce años se compró una guitarra. Poco a poco, la música fue sustituyendo a sus estudios académicos.
Sus conocimientos de unos pocos acordes básicos le permitieron entrar en la banda “The Quarrymen”, formada por John Lennon y Paul McCartney en 1957, que se convirtió con el paso del tiempo en “The Beatles”.
El estilo de Harrison a la hora de tocar la guitarra estaba inspirado en el de su héroe, el músico estadounidense Carl Perkins (1932-1998), pionero del “rockabilly”. Harrison fue quien introdujo un nuevo instrumento en el grupo: la guitarra.
Tras la ruptura de la banda en 1970, Harrison editó un disco en solitario, “All things must pass”, convirtiéndose en el primero de sus compañeros en conseguir un número uno en las listas de ventas en todo el mundo con la canción “My Sweet Lord”, dedicada a su particular idea de Dios.
También alcanzó lo más alto de las listas de ventas con el tema “Give me love”, de su siguiente álbum, “Living in the material world”, publicado en 1973.
Después de su segundo tema en solitario, la carrera de Harrison comenzó a perder el rumbo hasta el punto de que su trabajo “Gone Troppo” fueun fracaso en 1982.
Más tarde, volvió a lanzar otro álbum en solitario, “Cloud nine”, que supuso su vuelta a las listas de éxitos con más de un millón de ejemplares vendidos y un disco de platino mundial.
Mítico encuentro
Cuando Harrison comenzó su siguiente trabajo en 1988, encontró que el único espacio disponible para hacerlo era el garaje de Bob Dylan.
A Harrison pronto se le unieron el propio Dylan, Roy Orison y Tom Petty, que formarían el grupo “The Travelling Wilburys”; este grupo dio como resultado dos álbumes.
Los derechos de autor que cobró el resto de su vida como ex miembro de los Beatles, sobre todo tras la publicación de la Antología de 1995 y el álbum 1 del 2000, le permitieron trabajar en aquellos proyectos que le apetecían.
Su miedo a sufrir un ataque tras el asesinato de John Lennon le hizo instalar un sofisticado sistema de alarma en su mansión victoriana en Henley-on-Thames, en las afueras de Londres.
Estas medidas de seguridad no impidieron que el 30 de diciembre de 1999 un intruso se colara en su casa y lo apuñalara en el pecho. Después de una estancia de 48 horas en un hospital, se recuperó de la herida.
Tras casarse con la cantante Patty Boyd, quien lo abandonó por el amigo de ambos, el músico Eric Clapton, contrajo segundas nupcias en 1978 con la mexicana Olivia Arias, con quien tuvo un hijo, Dhanni.
Harrison falleció el 29 de noviembre de 2001 en la casa de un amigo en Los Angeles, tras someterse a una serie de tratamientos contra el tumor cerebral que padecía.
