“La ocupación nazi de Francia es unaherida que no se consigue curar”
El francés Gérard Jugnot, conocido internacionalmente como protagonista de la película “Los chicos del coro”, que fue candidata al Oscar, dirige y protagoniza ahora “Monsieur Batignole”, una película sobre la Francia ocupada por la Alemania nazi. “Quiero hacer cine que dé esperanza”, afirma el cineasta.
El argumento
Monsieur Batignole es un comerciante que trata de llevar una vida normal más allá del miedo y la intimidación ejercida por los alemanes. Su situación es privilegiada: su negocio le da para comer y el novio de su hija es un colaboracionista nazi que le consigue un ingreso extra organizando banquetes para el ejército de ocupación. Su futuro yerno, Pierre – el actor Jean Lamour-, es un escritor mediocre que tiene la misión de localizar judíos y delatarlos. Algunas de las víctimas serán los miembros de la familia Bernstein, vecinos de los Batignole, pero de una posición más acomodada. Una vez que sus bienes son confiscados y ellos capturados, el piso pasará a ser ocupado por la familia Batignole. Todo parece ir bien, hasta que un día, justo cuando está ofreciendo una fiesta en su casa para los alemanes, toca a la puerta una inesperada visita… Se trata del pequeño Simon Bernstein, quien ha logrado escapar de los nazis y vuelve a casa, donde espera reencontrarse con su familia. Edmond Batignole no halla la forma de hacerle entender que ya no puede vivir allí, pero acaba escondiéndolo en uno de los cuartos de servicio… .
La idea
“En todas las películas que he dirigido, me he proyectado en un contexto, o en una historia precisa. Siempre me pregunto cómo sería estar en la piel de otro y cómo reaccionaría si yo no fuera Gérard Jugnot, sino un poli, un vagabundo o, en este caso preciso, un pequeño comerciante durante la última guerra. La historia en general me apasiona y sobre todo esta época en particular. La mayoría de los cineastas franceses han hecho, o hacen un día u otro, una película sobre esta época, la cual ha marcado profundamente a los que la han vivido en la realidad o a través de los numerosos documentales y ficciones. Cuando rodamos en París, la gente estaba trastornada por ver banderas nazis, actores en uniforme alemán… ¿Por qué? También ha habido otras guerras. Las explicaciones, las podemos encontrar en la deportación masiva de los judíos y también en el hecho de que, por primera vez, Francia ha sido ocupada por un ejército extranjero con el cual muchos, por propia voluntad o a la fuerza, han colaborado. Este período es una herida que pica y que no se consigue curar. A los franceses nos han hecho creer que todo el mundo era de la Resistencia. De Gaulle buscaba con ello la reconciliación, pero después hubo un período en que se decía que todos fueron colaboracionistas y ahora, sesenta años después, resulta que, a lo mejor, el 90 por ciento de los franceses no hicieron más que esperar. Era la mayoría silenciosa, sorda y, sobre todo, ciega.
Personaje en evolución
Su personaje recurrente de hombrecillo francés que se encuentra por casualidad en el centro de unos acontecimientos que le superan, evoluciona de película en película. El charcutero Edmond Batignole se convierte literalmente en un héroe, pero al principio le daba igual lo que pasaba a su alrededor, y sólo pensaba en aprovecharse… “En muchas de mis películas, los personajes que encarno son bastante pasivos, se dejan manejar. Pero en todos, busco la heroicidad y la dignidad, e intento comprender cómo nos convertimos en buena gente o no. En este caso, Edmond Batignole es obligado a tomar partido y a actuar”, dice Jugnot. Y continúa, “mi abuelo paterno era carnicero, y contó mucho en mi vida. Su negocio quebró en 1947. Hace poco me di cuenta de que, para que un negocio de alimentación quebrara en plena guerra, se lo tenía que haber montado realmente mal… Esto le ha hecho, a mis ojos, todavía más simpático. Esta película la he dirigido pensando en él. Lo que me fascina de las épocas turbias es que, por obligación, nos hacemos preguntas morales sobre los personajes que conocemos. ¿Quiénes son? ¿Podemos confiar en ellos? Nunca se sabe de qué pie cojea la gente. Llevé la paradoja hasta el punto de dar el papel de bueno a actores con un físico inquietante, y papeles de malo a actores con caras simpáticas; me divertí mucho. El Sr. Batignole tiene un aire muy jovial. Y no lo es tanto. Es un débil. Ahora sabemos que en la realidad hubo un diez por ciento de héroes, un diez por ciento de auténticos canallas, y el resto esperaba a que todo pasara, intentando sobrevivir y comer”.
Visiones contradictorias
“Quería ver cómo un tipo sin conciencia, que no quería saber nada, iba a reaccionar frente a una situación dramática que le ha sido impuesta. He elegido que reaccionara en el buen sentido porque quiero hacer cine que dé esperanza. La película no cuenta una historia real, pero es sin duda la historia que me hubiera gustado escuchar de mi abuelo. El protagonista intenta reencontrar una dignidad perdida”.
Investigando
“Hacía muchos años que me interesaba por este período, y ya había hecho bastantes investigaciones. Philippe Lopes Curval y yo hemos leído mucho: obras históricas y también novelas. Hicimos un gran trabajo de documentación, visionando películas de la época y reuniendo un gran dossier de fotos (las menos conocidas). Lo llamábamos “la caja de zapatos”. Era como una Biblia de referencia del período 1942, para evitar inspirarnos en todas las imágenes cinematográficas de ficción que todo el mundo tiene en mente… Se pueden contar muchas cosas falsas en una película, pero en este tipo de relato con contexto histórico, no se puede. Hay que tener mucho cuidado. Me gusta el cine de autor con gran público. Para mí, las películas conseguidas cautivan a todo tipo de gente de niveles diferentes. Es importante hacer reír con la vida, lo pintoresco, y al mismo tiempo, emocionar. Creo que la emoción que nos llevamos a casa nos permite reflexionar. Me gusta la factura de la película de Benigni “La Vida es Bella”: la comprensión del mundo a través de la risa y la emoción”.
El oficio de dirigir
Esta película está, eso espero, más redonda, más rematada. Formo parte de esa gente que piensa que un travelling que se ve es un travelling fallado… Hay mucho que decir sobre el eterno “saber hacer y hacer saber…” Pero también está la oportunidad de hacer una película histórica. En una reconstitución como esta, todo tiene que estar controlado: el vestuario, los decorados, el más pequeño accesorio, el figurante más alejado o el último coche del fondo. Reivindico la herencia del cine que me ha hecho amar esta profesión: las películas de Becker, Clouzot, Duvivier, Melville”.
¿Rodar con niños?
He hecho muchas películas con niños. Ante todo, es muy importante que sean buenos actores. De instinto. Los niños saben actuar, o no. Al pequeño Jules Sitruk que interpreta a Simon, lo tenía fichado desde hacía mucho tiempo. Tiene una agilidad de actuación sorprendente. Es una bola de inteligencia. Lo único que trabajé con él fue la escucha y las miradas. Los niños, por buenos actores que sean, no siempre saben escuchar.
Los papeles secundarios
La mayoría son gente que conozco, con los que ya he actuado y rodado. Cuido mucho los papeles secundarios porque yo mismo los he desempeñado. Y todos estos personajes, hasta los más pequeños, dan vida a la película. Esto me parece evidente: en una música todas las notas son importantes.
Depardieu
Su último proyecto -la película “Bodou”- tiene nada menos que a Gérard Depardieu como protagonista y Jugnot tiene una opinión muy particular sobre este laureado actor. “Poder rodar con Gérard Depardieu no ha sido una ventaja del éxito de “Los Chicos del Coro” (candidata al Oscar como mejor película extranjera este mismo año). He podido rodar con él por mi experiencia en rodajes con niños, porque Depardieu es un niño, es el peor de los niños”, concluye.
Lo esencial
Para Jugnot, la ocupación nazi de Francia es una herida que pica y que no se consigue curar. Jugnot busca personajes pasivos, pero con un punto de heroicidad y dignidad. Afirma que su sello es “la mezcla de géneros, las risas y las lágrimas, lo gracioso y la emoción… instalar las cosas en la verdad, de darles un sentido, con momentos de tensión partidos por lo burlesco”.