Emotivo último adiós al rey del pop

By Luca VerneSeptember 4, 2009Otro Rollo

Michael JacksonMichael Jackson fue enterrado en el cementerio de Forest Lawn de Los Angeles, dos meses y medio después de su muerte. Liz Taylor, Quincy Jones o Macaulay Culkin, además de toda su familia, estuvieron allí para su despedida final

Se hizo esperar hasta en el último adiós, en una emotiva ceremonia que empezó una hora y media más tarde de lo previsto. Cuando llegaron sus hermanos precediendo al ataúd, algunos invitados como la ilustre Liz Taylor llevaban sentados en una silla blanca frente al altar del cementerio casi dos horas. Fue un final acorde con la extraña vida de Michael Jackson, rodeado de expectación, excentricidad, comprensión, cariño y redención.

Dos meses y medio después llegó su entierro, rodeado de unas 200 personas entre familiares y amigos, en un escenario sosegado y tranquilo del camposanto de Forest Lawn, en la localidad de Glendale, donde ya descansa junto a otras leyendas del cine y la música como Clark Gable, Nat King Cole o Walt Disney.

Los hermanos Jackson se hicieron de rogar pero estuvieron a la altura. Llegaron con toda la pompa de la ocasión luciendo trajes negros, corbatas rojas y una rosa roja en la solapa, todos con gafas de sol cual guardaespaldas de un ser superior, con un brazalete adornado con una corona en alusión al ‘Rey’ y ataviados con un guante de los que hicieron famoso al mito. Después cargaron el ataúd de Michael para depositarlo en el centro de la escena, junto a un altar, los arreglos florales y dos retratos de la estrella.

Luego comenzaron los discursos del reverendo Al Sharpton, el patriarca del clan, Joe Jackson y de aquellos invitados que quisieron dedicarle las últimas palabras al cantante, en una ceremonia guardada con celo de la que sólo se retransmitieron por televisión las imágenes previas de la llegada de los invitados y familiares. Y no podía faltar la música. Glayds Night entonó el himno de gospel “His eye is on the sparrow” y Clifton Davis cantó un tema suyo compuesto para los Jackson 5, “Never can say goodbye”.   

“Todo fue muy emotivo y ese tema de Davis fue espectacular”, explica Brian Oxman, abogado de Jackson durante el caso de abusos a menores en 2005. El letrado destacó la madurez de los tres hijos de Jackson, “muy adultos para su edad y con una actitud fabulosa. Le dieron la mano y las gracias a cada uno de los asistentes al entierro de su padre”.

Los tres pequeños, Prince Michael, de 12 años, Paris, de 11 y Prince Michael II, de 7 años, sentados en las primeras filas junto a sus abuelos y sus tíos en una noche de intenso calor y emociones fuertes, culminaron dos meses y medio de luto depositando una corona de flores sobre el féretro de su padre, antes de que se lo llevaran de nuevo hacia la Terraza Sagrada del Gran Mausoleo del cementerio, un lugar vigilado por guardias de seguridad y cámaras en cantidad.   

Jackson, enterrado con uno de sus míticos guantes en la mano, pasará la eternidad en un lugar tranquilo e imponente, rodeado de estrellas del celuloide como Carole Lombard y Jean Harlow, todo ello decorado con esculturas de mármol e imitaciones de La última cena de Leonardo Da Vinci o de la Capilla Sixtina de Miguel Angel.

Deja huérfanos a los millones de seguidores que confiaban en tener un lugar de culto como Neverland, el rancho californiano del cantante. De hecho, ayer ni uno sólo se pudo acercar hasta la verja de entrada del cementerio para rendir su último homenaje debido a la fuerte presencia policial, que decidió cortar el acceso a las inmediaciones del lugar a las 4 de la madrugada.

Lo único que había a las afueras eran medios de comunicación de más de 60 países, desde Australia hasta Japón, congregados para ver desfilar a los asistentes a la ceremonia, entre los que estaban personalidades como Quincy Jones, Macaulay Culkin, Elizabeth Taylor, Stevie Wonder o Lisa Marie Presley, la primera mujer de Jackson, visiblemente emocionada a la llegada del ataúd del cantante.

También se echó a llorar la madre, Katherine, que llegó al entierro en Rolls-Royce alquilado especialmente para la ocasión, más de una hora tarde.

Después, gran parte de los invitados se trasladaron hasta el restaurante italiano Via Sorriso, en la avenida principal de Pasadena, donde hubo comida y bebida sin límite. “Fue una cena fuera de este mundo con la familia y los amigos íntimos de Michael”, explica Oxman, quien aclara que pese al alcohol y la comida “fue un ambiente respetuoso, no de fiesta”.

El final de la especulación

Desde que su corazón no dio más de sí la mañana del 25 de junio, el cadáver de Michael Jackson ha dado cientos de vueltas en manos de los especuladores más sensacionales. Finalmente, el cementerio de Forest Lawn se ha llevado el gato al agua, un camposanto situado a unos 10 minutos del lugar de celebración del primer funeral privado del pasado mes de julio.  

El cantante de “Thriller” ha terminado en un cementerio de ilustres, en uno de seis camposantos que componen Forest Lawn para una extensión total de 1,2 kilómetros cuadrados de mausoleos, espacios privados, 1,500 estatuas, varias iglesias —en una de ellas se casó el ex presidente estadounidense Ronald Reagan— y más 250,000 nombres sepultados para la posteridad. Entre esos hay toda una pléyade de estrellas que atraen a un millón de visitantes al año, desde Humphrey Bogart hasta Bette Davis, pasando por Groucho Marx, Lucille Ball, Errol Flynn o Ernest Lubistch, por nombrar a unos cuantos.