Este año habrá seis actores afroamericanos nominados al Oscar, un récord que de alguna forma compensa la ceremonia ‘blanca’ del año pasado
Este año la polémica habrá que buscarla por otra vertiente. Talento afroamericano nominado a los Oscar habrá en cantidad. De hecho, esa modificación políticamente correcta se puede medir en porcentajes.
Si el año pasado no había ni un solo actor de color incluido en las categorías individuales de las estatuillas doradas —por algo los bautizaron como los Oscar blancos— en esta edición habrá seis, todo un récord. Es decir, del 0 al 30%.
Es más, por primera vez habrá tres productores afroamericanos optando al premio final, al de mejor película, gracias a “Fences”, “Hidden Figures” y “Manchester by the Sea”, que aunque muy blanca en su envoltorio en cuanto a director y reparto, cuenta con una afroamericana, Kimberly Steward, como productora. La terna la completa “Moonlight”, protagonizada por actores negros, en la lucha por el Oscar a mejor película.
Muchas opciones tendrán también las actrices afroamericanas de llevarse el gato al agua en la categoría de mejor actriz secundaria, aunque solo sea por cuestiones estadísticas. Tres de ellas compiten por el trofeo, Viola Davis por “Fences”, Naomie Harris por “Moonlight” y Octavia Spencer por ”Hidden Figures”.
Es una suerte de equilibrio que muchos atribuyen a la mano de la presidenta de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, Cheryl Boone Isaacs, también afroamericana, una mujer que llegó al puesto en 2013 y que sufrió en sus propias carnes el boicot de varios actores negros por la alarmante falta de diversidad de los Oscar del año pasado.
Boone Isaacs movió pieza durante el año y cambió la composición de los miembros de la Academia para corregir la enorme desproporción: un 94 por ciento de raza blanca y un 77 por ciento de población masculina. Por eso ahora encara la edición 89 de los galardones más importantes de la industria con orgullo y optimismo renovado de cara al futuro.
“Con certeza puedo decir que ahora hay sonrisas en nuestras caras”, indicó en una entrevista tras conocerse las nominaciones. “El año pasado ha llevado a mucha gente en la industria a movilizarse de alguna forma”.
Sin embargo, reconoce que todavía queda mucho por hacer y que ese equilibrio absoluto que pretende mucha gente no depende de ellos en realidad. “Este es un negocio cíclico”, analiza. “Todo depende de las tendencias de distribución de películas. Este año se dio la circunstancia de que había cintas con talento diverso delante y detrás de las cámaras. Hubo mucha más inclusión”.
Otro asunto bien diferente son las mujeres, un problema candente. Desde Kathryn Bigelow, la única en hacerse con el Oscar en esa categoría en 2010, ni una sola directora ha logrado una nominación, un asunto que, antes de la discriminación a los actores negros, fue foco de atención en la meca del cine. Este año se mantiene la tradición y no habrá nada para ellas como realizadoras.
Tampoco los latinos o los asiáticos han salido muy bien parados. Lin- Manuel Miranda, el gran talento boricua, es quizá la figura más visible por el incontestable éxito de “Hamilton” y por estar nominado a mejor canción por su trabajo en “Moana”.
También figura en la lista de afortunados el asiático Dev Patel, que optará a un Oscar como mejor secundario por “Lion”, y Ashgar Farhadi, director de la cinta iraní “El viajante”, aunque éste se perderá la ceremonia tras el revuelo causado por Donald Trump y su veto migratorio a siete países de mayoría musulmana.
En definitiva, que habrá diversidad, aunque nunca la suficiente.