“Flipped”, un ejercicio brillante de amor e inocencia

By Pablo ScarpelliniAugust 5, 2010Movie Reviews
Flipped

Puede parecer exagerado, pero es posible que lo último de Rob Reiner que está a punto de estrenar este fin de semana en Estados Unidos, sea la mejor película del año. “Flipped” es una de sus esos largometrajes donde encajan todas las piezas, cine que conmueve y que hace partícipe al espectador de la mejor manera posible: contando una historia que tiene interés, que emociona y que conmueve. Rob Reiner firma otra cinta entretenida y llena de contenido, la historia del primer amor entre dos jóvenes en un suburbio de la América de los 60


En esa cinta no hay giros ni trucos, ni efectos especiales, ni acción ni violencia. Pasa lo que tiene que pasar, pero el discurrir es tan inteligente, que no hacen falta sorpresas para seguir pegado al relato de principio a fin. Y cuando finalmente llega el desenlace, parece querer empezar de nuevo, aunque lamentablemente tenga que echar el telón una hora y media más tarde de su modesto arranque.
 
Comienza con la historia de una niña pequeña, Juli Baker, obsesionada con el hijo del vecino, Bryce Loski, un rubio introvertido y de una familia conservadora, machista y con ciertas dosis de arrogancia. Nada que ver con la de Juli, más justa de dinero pero con muchos más valores que los de la casa de enfrente.
 
Pese al rechazo constante de Bryce, Juli no ceja en el empeño de lograr la atención de su vecino, aunque los detalles crueles de su amor platónico terminan por alejarle de él hasta que se da la vuelta a la tortilla y él no puede dejar de pensar en ella.
 
Todo ello en el marco de la América más tradicional de los años 60, ambientado en un suburbio repetido hasta el cansancio pero con el encanto de la familiaridad para el espectador acostumbrado a esos escenarios. Discurre además con un tono que recuerda al de aquella mítica serie, “The Wonder Years”, con lugares comunes como la inocencia del primer amor y las situaciones particulares entre compañeros en edades juveniles cuando se juntan en el colegio.
 
Pero además del humor de la cinta y de mantener entretenido a la audiencia en todo momento, encuentra constantes oportunidades para sentar cátedra sobre lo que es la vida, sobre la humildad, la nobleza y otras cuestiones que contribuyen a crear conciencia entre los que la ven y que de paso retrata las mismas carencias de las que aún hoy hacen gala muchos seres humanos.
 
Además de todo lo anterior, tiene el aliciente de ver a un tremendamente calvo Anthony Edwards, que hace años protagonizaba cintas seduciendo a señoritas como “Top Gun” o Gotcha”, o a la resucitada Rebecca de Mornay, ausente de la pantalla grande desde 2007, a Penelope Ann Miller o al brillante John Mahoney  (“Moonstruck”). Una película muy recomendable.