A pesar de que Issa López es culpable de haber escrito “Ladies Night” y “Niñas Mal”, se le perdona porque las cintas que ha dirigido han sido mucho mejores que las que solo escribió y además le devuelven a la pantalla grande mexicana un aire fresco, irreverente y divertido que mucha falta le hace, porque muchos directores se toman muy en serio lo de hacer películas “serias” (¿será pleonasmo?).
Lo cierto es que Issa ha logrado no sólo un buen recibimiento en la taquilla mexicana, sino también el privilegio de que sus cintas se estrenen en este país (casi un año después de su estreno en México, pero esa es otra historia) y en parte gracias a que la realidad que presentan está más cerca de una realidad global que de una más mexicanamente localista.
El tema de esta cinta también se presta para ello, siendo que en estos tiempos vivimos bajo la lluvia constante de “reality shows” de los que uno solo se puede escapar en los lugares donde no existen ni la televisión, ni la electricidad.
La historia nos muestra la travesía de cuatro jóvenes provenientes de distintos puntos geográficos de México y que acuden, entre miles más, a las audiciones para la versión fílmica de la exitosa telenovela “María Enamorada”, después de que se da a conocer la noticia de la convocatoria para elegir a una nueva María. Esto sucede muy al disgusto de Eva Gallardo (Patricia Llaca), quien por años interpretó el papel en la televisión y que no está de acuerdo con la idea de que alguien más se apodere del personaje que le dio el paso a la fama… a pesar de que eso fue hace años…
Es así como vemos las vidas de la humilde Francisca (Maya Zapata), la acaudalada y presumida Ximena (Ana Layevska), la ruda Catalina (Diana García) y la exuberante Yesenia (Daniela Schmidt) enfrentar todo el circo que representa la selección y las eliminatorias, mientras cada una usa sus talentos, sus encantos y hasta a sus distintos aliados, para tratar de convencer a toda la nación de que se merecen ser la próxima diva.
Obviamente, la cinta no se desarrolla de una manera convencional y eso es la que la hace disfrutable y divertida, mezclando todo tipo de formatos, mostrando distintas realidades de México y satirizando a una industria que hace millones bajo la premisa de cumplir sueños, pero incluso cuando los comentarios sociales son de lo más serio (ya sea hablar de las desaparecidas de Juárez, el obvio nepotismo mexicano o la homofobia) Issa nunca deja rondar esa seriedad por mucho tiempo, lo cual le da a la cinta un buen ritmo y no la hace tan pretenciosa como otros productos fílmicos de la nación azteca.
Llamar a “Casi Divas” un “chick flick” sería erróneo, ya que a pesar de ser una cinta que se beneficia de la sensibilidad femenina de su directora, no está atiborrada de los clichés que han poblado otras como las que mencionamos en la primeras líneas, por lo que sabemos que en el futuro podemos apostar por el nuevo filme que dirija Issa, pero seguiremos acercándonos con precaución a aquellas que sólo escriba.
