Walter Salles: El Director Tras El Éxito de “Diarios de Motocicleta”

By Jesus -El Pelos- OlveraApril 15, 2008Cine y TV News

Walter SallesWalter Salles es uno de los mejores directores brasileños, director de la aclamada “Estación Central” y el encargado de llevar el mando de la filmación de “Diarios de Motocicleta”, una cinta que transformó personalmente a todos los involucrados en ella. Nos habla de las dificultades que representó el proyecto de recrear la juventud de El Che Guevara, contando con la bendición de trabajar con actores como Gael García y Rodrigo De La Serna y un productor de la talla de Robert Redford.

Gael, La Elección

Pensamos en Gael porque nos parecía importante para presentar el papel de un personaje tan complejo y tan emblemático como Ernesto Guevara tener a un actor que fuera no solamente visceral, pero que también pudiera internalizar sus sentimientos. Es muy raro tener eso en un actor de 23 años y Gael tiene una madurez que trasciende su edad, una calidad que viene de dentro y por eso es tan expresivo y al mismo tiempo tan económico.

 

Grandes Silencios

Si no hay silencio, todo adquiere una calidad monocromática. Yo percibo eso mucho en el cine norteamericano, hay dos horas de película y tres horas de música y de ruido, todo tipo de ruido. Mientras que para mí el cine tiene que ser un retrato de la vida.

Entonces, cómo encontrar esa rítmica no es algo fácil de verbalizar. Hay que intentar tocar a la vida siempre en las escenas de una o de otra forma. Por ejemplo, la parte de Machu Picchu en la película es muy silenciosa y eso fue lo que nosotros sentimos al llegar allá.

Era de tal forma un territorio sagrado, que hay una comunión tal que trasciende al humano con la arquitectura inca. La única cosa que nosotros logramos al llegar allá, fue mirar y capturar algo sin hablar. Este era un viaje iniciático más que nada y era necesario que este personaje tuviera dudas, no solamente certezas. Era necesario que este arco psicológico fuera comprensible y solamente un actor con este grado de sensibilidad podría lograr eso.

Es un poco como caminar en la calle y estar expuesto a una lluvia fina. Al final del trayecto estás mojado pero no sabes cómo y había que tener un actor con ese grado de sensibilidad, de sutileza. Gael tenía eso.

 

El Final de La Jornada

Teníamos una frase que repetíamos y era “hasta aquí llegamos”, porque no teníamos la certeza de que podríamos continuar.

A veces, era algo logísticamente muy complejo. Pero, el hecho de que había un deseo común, un deseo colectivo y una pasión colectiva por el libro y una pasión por esa búsqueda de una “identidad latinoamericana” que estaba en el corazón de esa película, nos fortaleció a medida que encontrábamos dificultades -¡y fueron muchísimas!-. Acabábamos siendo alimentados por ese deseo colectivo y encontrábamos una salida, pero muchas veces no sabíamos cómo.

 

El Espíritu de La Cinta

Se trataba de ser fiel a dos libros, pero también al espíritu de esos libros. Era una invitación al descubrimiento. Entonces, no podíamos simplemente cerrar los ojos y filmar el guión que era muy bueno, pero que era algo específicamente relacionado a los libros y nosotros vivimos cosas, como el encuentro con el joven guía que habla de los incas y los incapaces en Cuzco, o la ceremonia de la coca con esas mujeres increíbles que hablaban quecchua y no castellano. Todo eso no estaba planeado, pero estaba orgánicamente ligado al espíritu del viajeo riginal y lo filmamos. Sin Gael ni Rodrigo ésto hubiera sido imposible, porque hay que capturar algo y al mismo tiempo respetar mucho a esas personas.

Wim Wenders tiene una película que se llama “So Close, So Far Hawaii…”. Yo percibí que como brasileño yo era más próximo a Argentina, a Chile, a Perú, de lo que me parecía al inicio. Ahora, tengo muchos más hermanos de los que yo tenía antes de empezar el proyecto. Es como si ahora las fronteras de mi casa fueran un poco más grandes que antes.

 

Out of Hollywood

No creo que Hollywood esté abierto a este tipo de proyectos. Pero, Robert Redford sí.

Fue necesario mucho valor por parte de Redford como productor, porque aquí en los Estados Unidos no logró conseguir ni un centavo. Encontró el financiamiento después de mucho tiempo, en Inglaterra y después en otros países europeos y latinoamericanos que compraron la película, pero no fue hecha con capitales norteamericanos.