El equipo de los cuernos retorcidos suma otra temporada para el olvido luego de su regreso a Los Ángeles…
La ilusión duró menos de un año. Los Angeles Rams están a punto de cerrar un año desastroso luego de que en enero regresaran a la ciudad angelina con una canasta llena de promesas.
La dura realidad de que son un equipo endeble les ha pegado con fuerza. Son una coladera a la defensiva, con racimos de puntos de sus contrincantes; y en ofensiva, como uno de sus elementos criticó, son como de una escuela secundaria: tienen el peor promedio de la liga en puntos anotados. Así no se puede.
¿Podría un milagro de navidad redimir a los Rams?
Lo mejor es que la temporada termine pronto. Hay que reagruparse, fortalecerse y prepararse para darle a la gente un equipo ganador, uno que represente la fuerte inversión que se está haciendo para darle un nuevo estadio en la ciudad de Inglewood, cuyos trabajos ya comenzaron.
Uno de sus primeros objetivos será el de buscar a un nuevo entrenador en jefe. Jeff Fisher, que estuvo al frente de la franquicia durante cinco temporadas, salió como tapón de sidra por los malos resultados y cargando en sus espaldas el espantoso honor de ser el peor coach por haber acumulado 166 derrotas en su historia. Otro que tiene mucho por aprender es el joven mariscal de campo Jared Goff, la primera selección de los Rams en el draft pasado y quien ha sido castigado duramente –físicamente hablando– por su falta de experiencia.
Hasta la fecha 15, los Carneros solo han conseguido 4 victorias, los números de un equipo perdedor. El año que viene y luego de una larga pausa, se espera que el nuevo equipo de Los Ángeles pueda dar otra cara. La afición se lo exige.
