El regreso de la nostalgia forzosa

By Pablo Scarpellini. Los AngelesMarch 4, 2016Cine, Cine y TV News
Fuller House
By Pablo Scarpellini. Los Angeles | March 4, 2016

Los Tanner de ‘Full House’ han vuelto de la mano de Netflix, en un ‘remake’ con Candace Cameron haciendo de D.J. como madre viuda de tres hijos

Los entresijos de Netflix son como los agujeros negros. Uno de sus grandes aciertos como plataforma ha sido crear un halo de misterio en torno a sus producciones, sin que nadie sepa a ciencia cierta si se consumen o no. La única indicación posible son las renovaciones de cada temporada cuando lanzan una nueva serie, aunque eso tampoco es indicativo real de nada. Bien podría ser una estrategia de márketing para darle un empujón a un producto que acaba de echar a andar.

Un ejemplo perfecto de toda esta teoría espacial es “Fuller House”, el ‘remake’ de la que fue una de las comedias televisivas preferidas de las familias estadounidenses en los años 80 (“Full House”), que no lleva más que unos pocos días disponible en ‘streaming’ y que ya ha recibido la luz verde para una segunda temporada. Con el agravante además de las críticas negativas que le han llovido desde The New York Times, The Hollywood Reporter y demás medios de peso en Estados Unidos.

Sus tres protagonistas, sin embargo, son bastante ajenas a todo eso. En sus rostros y sus respuestas se palpa con claridad el entusiasmo por estar de vuelta frente a las cámaras, con una historia paralela casi 30 años después del concepto original. La diferencia, además del tiempo transcurrido y sus inevitables consecuencias, es que ellas son las que llevan la voz cantante, Candace Cameron Bure, D.J. Tanner-Fuller o la hermana mayor, Stephanie Tanner (Jodie Sweetin) y la muy popular y atípica vecina Kimmy Gibler, interpretada por Andrea Barber.

El meollo de la cuestión gira en torno a D.J., una viuda que tiene que sacar adelante a sus tres hijos con la ayuda de sus dos hermanas, recuperando a casi todo el reparto original —Bob Saget, John Stamos y Dave Coulier, entre ellos— pero sin haber podido contar con las célebres hermanas Olsen, que entonces se turnaban para hacer de la pequeña Michelle Tanner.

El argumento vuelve a ser muy digerible y sin mecanismos complejos, dividido en 13 episodios de media hora cada uno que ha significado engrasar las máquinas de nuevo, recordar viejos tiempos, cargarse de nostalgia y volver a tomar impulso.

Para Barber, por ejemplo, la noticia del ‘remake’ se convirtió en un pequeño seísmo, puesto que significó su regreso al mundo de la interpretación después de décadas de retiro, dedicada a su familia y a otros menesteres. Con “Full House” terminó su periplo como actriz y ahora se ha vuelto a meter en vereda.

Aún así, dice que no dudó en absoluto cuando le llegó la oportunidad. “Me encanta el mundo de ‘Full House’ y mi personaje, lo que significa para la gente. Es verdad que sentí un poco de ansiedad por actuar de nuevo, justo antes de rodar mis primeras escenas, pero supongo que esto es como montar en bicicleta. Te vuelves a conectar de una forma asombrosa”.

Con Kimmy Gibler ha vuelto el icono, el personaje divertido “que a la gente le encanta, incluso su forma extraña de vestir. No descarto que acaben lanzando una línea de ropa con su nombre”, bromea junto a sus dos compañeras de reparto en un hotel de Pasadena, en California.

El gran obstáculo a superar, quizá, era dejar atrás el pasado y adentrarse en un nuevo concepto. Lo consiguen, de acuerdo a Sweetin, a partir del segundo episodio. “El primer capítulo te vuelve a ubicar en el programa, con una indudable conexión con el pasado. La nostalgia está ahí”, analiza. “En el segundo episodio es donde el show arranca de verdad porque conoces a estas mujeres, a sus hijos”. A partir de ahí demuestran que es un espacio adaptado a los tiempos modernos, que no se ha quedado anclado en el tiempo.

Después está el análisis de la mujer que llevará la voz cantante en la nueva propuesta. Cameron cree que los tiempos de “Full House” marcaron una época, que se hizo historia en la pequeña pantalla. “Luego la televisión fue en otra dirección, con el ‘streaming’ y la aparición de series más oscuras y ‘reality shows’. Esta clase de programas familiares dejaron de existir y ahora se ha recuperado un poco ese espíritu. Creo que nuestra generación estaba pidiendo algo así, por eso ha surgido”.

También para ella esta creación lo ha sido todo en su carrera. Después de “Full House”, hizo algunos trabajos sin demasiada relevancia para abandonarlo por un largo periodo de tiempo y tener una familia. De ahí la ilusión, el reencuentro en una zona de confort que de momento tendrá una segunda temporada. La reentré no está siendo mala del todo.